viernes, 15 de junio de 2012

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Autor: Francisca Hevia
Obra de Chéjov: Las tres hermanas


La fe como instrumento y sentido

“Quiero desaparecer y no morir
 Quiero no ser y perdurar
Y saber que perduro.”
(Vicente Huidobro).

Las tres hermanas es una obra de Antón Chéjov estrenada el 31 de enero de 1901 en el Teatro del Arte de Moscú. Drama en cuatro actos que se centra en 4 hermanos, Irina, Masha, Olga y Andrei .El primer acto nos introduce a la conmemoración  de la muerte del padre de los protagonistas, echo acaecido un año atrás. A esta situación se sumara la añoranza que tienen las hermanas de volver a Moscú y la llegada de un regimiento a al pueblo rural en que viven.  Mezclando distintas temáticas y los clásicos triángulos amorosos de las obras de Chéjov, Las tres hermanas nos develará características de la sociedad rural de Rusia de finales del siglo XIX y principios del XX.
En 1986 el director Woody Allen llevó al cine Las tres hermanas, una interpretación libre del texto original de Chéjov que tituló Hanna y sus hermanas. En el film nos muestra la historia de tres hermanas, hijas de actores y de caracteres muy distintos. La película trata temas como el amor, el adulterio, el arte entre otros. Hay ciertas marcas que hacen directa relación con la obra de teatro como lo son la estructura basal de tres hermanas o los líos amorosos que se tejen en ambas tramas. Pero tal como existen tópicos que nos son fáciles de distinguir, existen aquellos que requieren una lectura un pocas más minuciosa. La fe corresponde a esta última clasificación, un tema que parece ser amplio pero se acota si lo situamos dentro de la película y la obra de teatro. Por un parte está Masha de Las tres hermanas que considera la fe como fundamental dentro de la vida, por otra parte esta Mickey de Hannah y sus hermanas, quien la busca tras sufrir una crisis tras una serie de sucesos que lo llevan a pensar que tiene cáncer. Pero para profundizar de una forma más certera cabe preguntarse primero ¿Cómo la fe se ve instrumentalizada por los personajes?
Dentro del segundo acto de Las hermanas encontramos una conversación entre Tusenbach, Vershinin y Masha. Hablan principalmente de la vida y como será esta en el futuro. Es entonces cuando Masha hace una intervención que ocuparemos para nuestro análisis:
Yo opino que la persona debe ser creyente o buscar la fe. De lo contrario, su vida será vacía, vacía. Vivir y no saber por qué vuelan las grullas, por qué nacen los niños, por qué hay estrellas en el cielo… o se sabe para qué se vive o todo son simplezas, majaderías. (Chéjov, 256)
Masha reconoce la fe como un elemento indispensable para la vida, lo que le da sentido a esta. Y si nos centramos en lo estrictamente literal, no es azaroso el uso del verbo “deber”, nos indica obligación, la fe como algo que no es opción. Además se entiende que para Masha el ser creyente también da explicación a ciertos fenómenos de la naturaleza, el porqué de estos.
La visión de Masha no dista mucho de la Mickey de Hannah y sus hermanas. Cuando el personaje de Woody Allen visita a un sacerdote católico con el fin de convertirse a su religión, este le pregunta el porqué de esta decisión, a lo que él contesta: “Necesito algo en que creer, o la vida no tiene sentido”. (Allen, 1:09:57). El personaje tras creer que podría tener un tumor cancerígeno busca encajar dentro de una religión que le de explicación a lo desconocido, que calme sus dudas con respecto a la que viene después de la muerte. Es aquí donde podemos hablar de un instrumentalización de la fe, el personaje de Allen no busca la fe por creencia propia, si no como satisfacción de sus miedos internos hacia la incertidumbre. Esto lo diferenciara de Masha, que por la cita anteriormente señalada, ella si tiene una creencia propia y no busca de una ajena para encajar dentro de ella. Pero no solo basta contrastar Masha y Mickey si no que es esencial compararlos con sus entornos. En el caso de Masha al hacer su intervención dentro de la conversación lo demás personajes no muestran interés por su argumento, es mas, la conversación finaliza. En el caso de Mickey tampoco logra captar la atención, quienes los rodean ven su búsqueda como el simple producto de su hipocondría, incluso en sus padres produce molestia (al negar su origen judío). Se entiende que solo ellos representan el interés por la creencia, la búsqueda de lo espiritual, en lugar de lo práctico, de la acción.
Hablar de religión puede resultar complejo siendo una palabra que no siempre significa para todos lo mismo, tal como se lo cuestiona François Houtart: “¿Se trata de la proyección en el cielo de un orden social, que le da su explicación y su legitimidad, que asegura su coherencia y contribuye a moralizar sus pasos?” (Houtart, 10). Pero hablar de fe resulta aun más problemático. La tercera definición que no das la R.A.E. para fe es la siguiente: “Conjunto de creencias de alguien, de un grupo o de una multitud de personas”. (R.A.E., versión online). Si nos apegamos a esta definición, el personaje de Woody Allen estaría deformando el concepto, ya que el solo adoptaría creencias ajenas, en lugar de sentirse parte de un grupo que comparte las creencias que el ya posee. En lugar de Masha hablamos de un sentido de fe que se condice con el de la Real Academia española. Pero la cuestión no es la confusión de conceptos, esto solo nos ayudan a hacer más preciso el análisis, el trasfondo es el fin que buscan darle ambos personajes a estas creencias. Masha y Mickey creen que la fe da sentido a sus vidas; la diferencia entre ambos está en que Mickey la busca después de su crisis emocional, pero esencialmente sus opiniones no difieren del todo.  Las creencias, la fe, como instrumento.
Como para dar una nueva lectura al tópico tratado, tenemos una  visión que va más allá de creencias y de enmarca de las clases sociales, tal como reflexiona Antonio Ortiz:
Prosiguiendo con la terapia de Beatriz, desde luego dejé de pensar en visitar a los psicólogos era cosa de majares y ricos que lloran en silencio porque un día perdieron su trineo Rosebud, como en Ciudadano Kane (1941), de Orson Wells, o intentan averiguar el sentido de la vida y cuál es la religión a la cual apuntarse para salvarse cuando mueran, como Woody Allen en Hannah y sus hermanas (1986). (Ortiz, 290).
Ahora se nos presenta a Mickey como el hombre rico, desde este punto de vista se puede entender que posee el tiempo de reflexionar sobre temas de esa envergadura. El hombre rico como quien no esta todo el día laborando y que puede tomarse un tiempo para pensar en la vida, tiempo en el que no acciona, el ocio. El posible proyectar esta imagen en el personaje de Masha, ya que al inicio del primer acto hay una marca que nos guía al elemento del ocio: “MASHA, de negro, lee un libro, sentada y con el sombrero sobre las rodillas”. (Chéjov, 223). El libro nos indica que existe tiempo de relajo y de ocio; por lo que podría hacerse la relación de una mujer que puede cuestionarse el sentido de la vida, porque tiene tiempo de ocio para reflexionar sobre estos temas.
No debe resultarnos del todos extrañas estas ideas sobre la fe expuesta anteriormente, porque es bastante similar a lo que en nuestra cultura se entiende cuando hablamos de religión. El depositar las vidas en algo que va más allá de uno mismo, como base de nuestro accionar. Pero hay dos grandes diferencias que me permitiré hacer, existen aquellas creencias que las personas tienen que les permite explicar aquello de lo que no se tiene certeza, pero por otra parte están aquellos que se entregan a estas creencias y esperan que estas busquen el sentido de sus vidas. Pero si hay algo de lo que tenemos certeza es el de estar vivos y que nuestro actuar es que finalmente forja nuestro propio destino. Y si  fuese esa nuestra única certeza ¿no seria un tanto descabellado dejar en manos de la fe lo que nosotros mismos podemos obrar? Que no se malentienda que el creer sea algo negativo, pero parece que el actuar es algo que no deja de ser significativo. Y esto lo que diferencia a Mickey y Masha del resto del personajes. Mientras lo demás buscan forjar sus destinos y actuar, estos personajes depositan sus vidas en creencias. Utilizan la fe como un instrumento para llenar aquellos vacíos en lo que no encuentran respuestas, dar sentido a lo que ellos no han podido dar uno.
Hoy en día la iglesia católica ha sido blanco de diversas críticas pero las más destacada y polémica ha sido los casos de pedofilia. Es ya de conocimiento popular ya que han salido a la luz pública casos de sacerdotes pedófilos que se mantuvieron ocultos al alero de esta institución. Y podemos acercar aun más esto a nuestra realidad nacional, Fernando Karadima es un nombre que nos resulta familiar. Un hombre, sacerdote, acusado de abusos deshonestos contra menores, que por prescripción de delito no pudo ser condenado. Pero existe un tema que no deja de ser relevante y que es la defensa que hicieron sus feligreses. Si bien existían pruebas contundentes y la justicia concedió la razón a los demandantes, seguían existiendo fieles que se negaban a creer las acusaciones. Es entonces cuando vemos que la fe es un concepto es contantemente deformado. Feligreses que entregan sus vidas a la religión, a la fe, que terminan defendiendo instituciones para dar credibilidad a sus creencias. Aquellos que se niegan a ver falencias en las instituciones que respaldan sus creencias. Pero surge una duda ¿Por qué no defender la religión y no la institución? Parece ser pues, que existen personas que entregan el sentido de sus vidas a las religiones, de tal forma que se sesgan y defiende instituciones que parecen haber dejado de lado las creencias.
Como diría Cortázar en su obra maestra Rayuela:
-Esta chica lo dejaría verde a Santo Tomás-dijo Oliveira.
-¿Por qué Santo Tomás?-dijo la Maga-¿Ese idiota que quería ver para creer? (Cortázar, 28).
Al parecer Santo Tomás no es el único que necesita ver para creer, los hombres de fe a veces también necesitan ver. Pues a pesar de que habla la voz de quien jamás ha creído, me tomo la atribución de decir que no necesito ver para tener fe en los testimonios de las victimas.

Bibliografía


Chejov, Antón. La gaviota, Tío Vania, Las tres hermanas, El jardín de los cerezos. “Las tres hermanas”. Editorial Catedra: Madrid, 2001
Cortázar, Julio. Rayuela. Biblioteca Ayacucho: Caracas, 2004
Houtart, François. Religiones y humanismo en el siglo XXI. “Introducción”. Editorial Universidad Autónoma de México: México, 1999.

Huidobro, Vicente. Viaggi siderali, antología poética. Editorial Jaca Book: Milán, 1995

Ortiz, Antonio. Yo, funcionario de presiones. Editorial Entre líneas Editores: Madrid, 2005

Real Academia española. Diccionario de la lengua española, vigésima segunda edición. Versión online.

Woody, Allen. Hannah y sus hermanas. Estados Unidos, 1986

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