Autor:
Francisca Hevia
Obra de Chéjov:
Las tres hermanas
La fe como instrumento y sentido
“Quiero desaparecer y no morir
Quiero no ser y perdurar
Y saber que perduro.”
(Vicente Huidobro).
Las tres hermanas es una obra de Antón Chéjov estrenada el 31 de enero de 1901 en
el Teatro del Arte de Moscú. Drama en cuatro actos que se centra en 4 hermanos,
Irina, Masha, Olga y Andrei .El primer acto nos introduce a la conmemoración de la muerte del padre de los protagonistas,
echo acaecido un año atrás. A esta situación se sumara la añoranza que tienen
las hermanas de volver a Moscú y la llegada de un regimiento a al pueblo rural
en que viven. Mezclando distintas temáticas
y los clásicos triángulos amorosos de las obras de Chéjov, Las tres hermanas nos develará características de la sociedad rural
de Rusia de finales del siglo XIX y principios del XX.
En 1986 el
director Woody Allen llevó al cine Las
tres hermanas, una interpretación libre del texto original de Chéjov que
tituló Hanna y sus hermanas. En el
film nos muestra la historia de tres hermanas, hijas de actores y de caracteres
muy distintos. La película trata temas como el amor, el adulterio, el arte
entre otros. Hay ciertas marcas que hacen directa relación con la obra de
teatro como lo son la estructura basal de tres hermanas o los líos amorosos que
se tejen en ambas tramas. Pero tal como existen tópicos que nos son fáciles de
distinguir, existen aquellos que requieren una lectura un pocas más minuciosa. La
fe corresponde a esta última clasificación, un tema que parece ser amplio pero
se acota si lo situamos dentro de la película y la obra de teatro. Por un parte
está Masha de Las tres hermanas que
considera la fe como fundamental dentro de la vida, por otra parte esta Mickey
de Hannah y sus hermanas, quien la
busca tras sufrir una crisis tras una serie de sucesos que lo llevan a pensar
que tiene cáncer. Pero para profundizar de una forma más certera cabe
preguntarse primero ¿Cómo la fe se ve instrumentalizada por los personajes?
Dentro del segundo acto de Las hermanas encontramos una
conversación entre Tusenbach, Vershinin y Masha. Hablan principalmente de la
vida y como será esta en el futuro. Es entonces cuando Masha hace una
intervención que ocuparemos para nuestro análisis:
Yo opino que la persona debe ser creyente o buscar la fe. De lo
contrario, su vida será vacía, vacía. Vivir y no saber por qué vuelan las
grullas, por qué nacen los niños, por qué hay estrellas en el cielo… o se sabe
para qué se vive o todo son simplezas, majaderías. (Chéjov, 256)
Masha reconoce la fe como un elemento
indispensable para la vida, lo que le da sentido a esta. Y si nos centramos en
lo estrictamente literal, no es azaroso el uso del verbo “deber”, nos indica
obligación, la fe como algo que no es opción. Además se entiende que para Masha
el ser creyente también da explicación a ciertos fenómenos de la naturaleza, el
porqué de estos.
La visión de Masha no dista mucho de
la Mickey de Hannah y sus hermanas.
Cuando el personaje de Woody Allen visita a un sacerdote católico con el fin de
convertirse a su religión, este le pregunta el porqué de esta decisión, a lo
que él contesta: “Necesito algo en que creer, o la vida no tiene sentido”.
(Allen, 1:09:57). El personaje tras creer que podría tener un tumor cancerígeno
busca encajar dentro de una religión que le de explicación a lo desconocido,
que calme sus dudas con respecto a la que viene después de la muerte. Es aquí
donde podemos hablar de un instrumentalización de la fe, el personaje de Allen
no busca la fe por creencia propia, si no como satisfacción de sus miedos
internos hacia la incertidumbre. Esto lo diferenciara de Masha, que por la cita
anteriormente señalada, ella si tiene una creencia propia y no busca de una
ajena para encajar dentro de ella. Pero no solo basta contrastar Masha y Mickey
si no que es esencial compararlos con sus entornos. En el caso de Masha al
hacer su intervención dentro de la conversación lo demás personajes no muestran
interés por su argumento, es mas, la conversación finaliza. En el caso de
Mickey tampoco logra captar la atención, quienes los rodean ven su búsqueda
como el simple producto de su hipocondría, incluso en sus padres produce
molestia (al negar su origen judío). Se entiende que solo ellos representan el
interés por la creencia, la búsqueda de lo espiritual, en lugar de lo práctico,
de la acción.
Hablar de religión puede resultar complejo
siendo una palabra que no siempre significa para todos lo mismo, tal como se lo
cuestiona François Houtart: “¿Se trata de la proyección en el cielo de un orden
social, que le da su explicación y su legitimidad, que asegura su coherencia y
contribuye a moralizar sus pasos?” (Houtart, 10). Pero hablar de fe resulta aun
más problemático. La tercera definición que no das la R.A.E. para fe es la
siguiente: “Conjunto de creencias de alguien, de un grupo o de una multitud de
personas”. (R.A.E., versión online). Si nos apegamos a esta definición, el personaje
de Woody Allen estaría deformando el concepto, ya que el solo adoptaría creencias
ajenas, en lugar de sentirse parte de un grupo que comparte las creencias que
el ya posee. En lugar de Masha hablamos de un sentido de fe que se condice con
el de la Real Academia española. Pero la cuestión no es la confusión de
conceptos, esto solo nos ayudan a hacer más preciso el análisis, el trasfondo
es el fin que buscan darle ambos personajes a estas creencias. Masha y Mickey
creen que la fe da sentido a sus vidas; la diferencia entre ambos está en que Mickey
la busca después de su crisis emocional, pero esencialmente sus opiniones no
difieren del todo. Las creencias, la fe,
como instrumento.
Como para dar una nueva lectura al
tópico tratado, tenemos una visión que
va más allá de creencias y de enmarca de las clases sociales, tal como
reflexiona Antonio Ortiz:
Prosiguiendo con la terapia de Beatriz, desde luego dejé de
pensar en visitar a los psicólogos era cosa de majares y ricos que lloran en
silencio porque un día perdieron su trineo Rosebud,
como en Ciudadano Kane (1941), de
Orson Wells, o intentan averiguar el sentido de la vida y cuál es la religión a
la cual apuntarse para salvarse cuando mueran, como Woody Allen en Hannah y sus hermanas (1986). (Ortiz,
290).
Ahora se nos presenta a Mickey como
el hombre rico, desde este punto de vista se puede entender que posee el tiempo
de reflexionar sobre temas de esa envergadura. El hombre rico como quien no
esta todo el día laborando y que puede tomarse un tiempo para pensar en la
vida, tiempo en el que no acciona, el ocio. El posible proyectar esta imagen en
el personaje de Masha, ya que al inicio del primer acto hay una marca que nos
guía al elemento del ocio: “MASHA, de negro, lee un libro, sentada y con el
sombrero sobre las rodillas”. (Chéjov, 223). El libro nos indica que existe
tiempo de relajo y de ocio; por lo que podría hacerse la relación de una mujer
que puede cuestionarse el sentido de la vida, porque tiene tiempo de ocio para
reflexionar sobre estos temas.
No debe resultarnos del todos extrañas
estas ideas sobre la fe expuesta anteriormente, porque es bastante similar a lo
que en nuestra cultura se entiende cuando hablamos de religión. El depositar
las vidas en algo que va más allá de uno mismo, como base de nuestro accionar. Pero
hay dos grandes diferencias que me permitiré hacer, existen aquellas creencias
que las personas tienen que les permite explicar aquello de lo que no se tiene
certeza, pero por otra parte están aquellos que se entregan a estas creencias y
esperan que estas busquen el sentido de sus vidas. Pero si hay algo de lo que
tenemos certeza es el de estar vivos y que nuestro actuar es que finalmente
forja nuestro propio destino. Y si fuese
esa nuestra única certeza ¿no seria un tanto descabellado dejar en manos de la
fe lo que nosotros mismos podemos obrar? Que no se malentienda que el creer sea
algo negativo, pero parece que el actuar es algo que no deja de ser
significativo. Y esto lo que diferencia a Mickey y Masha del resto del personajes.
Mientras lo demás buscan forjar sus destinos y actuar, estos personajes
depositan sus vidas en creencias. Utilizan la fe como un instrumento para
llenar aquellos vacíos en lo que no encuentran respuestas, dar sentido a lo que
ellos no han podido dar uno.
Hoy en día la iglesia católica ha
sido blanco de diversas críticas pero las más destacada y polémica ha sido los
casos de pedofilia. Es ya de conocimiento popular ya que han salido a la luz pública
casos de sacerdotes pedófilos que se mantuvieron ocultos al alero de esta
institución. Y podemos acercar aun más esto a nuestra realidad nacional,
Fernando Karadima es un nombre que nos resulta familiar. Un hombre, sacerdote,
acusado de abusos deshonestos contra menores, que por prescripción de delito no
pudo ser condenado. Pero existe un tema que no deja de ser relevante y que es
la defensa que hicieron sus feligreses. Si bien existían pruebas contundentes y
la justicia concedió la razón a los demandantes, seguían existiendo fieles que
se negaban a creer las acusaciones. Es entonces cuando vemos que la fe es un
concepto es contantemente deformado. Feligreses que entregan sus vidas a la
religión, a la fe, que terminan defendiendo instituciones para dar credibilidad
a sus creencias. Aquellos que se niegan a ver falencias en las instituciones
que respaldan sus creencias. Pero surge una duda ¿Por qué no defender la religión
y no la institución? Parece ser pues, que existen personas que entregan el
sentido de sus vidas a las religiones, de tal forma que se sesgan y defiende
instituciones que parecen haber dejado de lado las creencias.
Como diría Cortázar en su obra
maestra Rayuela:
-Esta chica lo dejaría verde a Santo Tomás-dijo Oliveira.
-¿Por qué Santo Tomás?-dijo la Maga-¿Ese idiota que quería ver
para creer? (Cortázar, 28).
Al parecer Santo Tomás no es el único
que necesita ver para creer, los hombres de fe a veces también necesitan ver.
Pues a pesar de que habla la voz de quien jamás ha creído, me tomo la
atribución de decir que no necesito ver para tener fe en los testimonios de las
victimas.
Bibliografía
Chejov, Antón. La gaviota,
Tío Vania, Las tres hermanas, El jardín de los cerezos. “Las tres hermanas”.
Editorial Catedra: Madrid, 2001
Cortázar, Julio. Rayuela.
Biblioteca Ayacucho: Caracas, 2004
Houtart, François. Religiones y humanismo en el siglo XXI. “Introducción”.
Editorial Universidad Autónoma de México: México, 1999.
Huidobro, Vicente. Viaggi siderali, antología poética.
Editorial Jaca Book: Milán, 1995
Ortiz, Antonio. Yo, funcionario de
presiones. Editorial Entre líneas Editores: Madrid, 2005
Real Academia española. Diccionario de la lengua española, vigésima
segunda edición. Versión online.
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