domingo, 17 de junio de 2012

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Autor: Francisca Hevia
Obra de Chéjov: La Gaviota


De Maupassant a Treplev: la figura del literato

“Recuerden que es mejor quemarse
 que apagarse lentamente.” (Kurt Cobain).

La gaviota es una obra de teatro escrita en 1986 por Antón Chejov, que durante cuatro actos, nos traslada a la vida en el campo y a la interacción de llamativos personajes. La historia comienza en torno  al montaje de una obra que rompe con lo tradicional de la época, de nacerán diversas temáticas y enfrentamientos que conforman la trama. El texto toca temáticas como el teatro, el amor, la contraposición entre campo y ciudad, etc. Chejov rompe con la tradición teatral y busca la realidad más que la acción, cambia los clímax marcados del género dramático clásico por escenas que pueden parecernos monótonas.
Si leemos por primera vez a Chejov puede parecernos que sus obras son carentes de acción, es por esto que debemos poner especial atención en lo que ocurre fuera de esta. Existen ciertas marcas que se nos hará fácil de reconocer como por ejemplo el suicidio de Treplev, pero también existirán cierta marcas que requerirán que nos detengamos un momento. Los personajes citan y nombran autores, tienen ciertas manías y expresiones. Pues en lo que refiere a autores es donde se encuentra el tema a analizar a continuación. Dentro del primer acto se menciona al escrito Guy de Maupassant, y es Treplev el encargado de hacerlo. Si hacemos una lectura rápido de La gaviota puede que pasemos por alto este punto, pues puede que lo consideremos como un dato de menor relevancia. Pero no es azaroso que se nombre a Maupassant, como tampoco es azaroso el personaje encargado de hacerlo. Es entonces donde cabe preguntarse: ¿Cómo influye Guy de Maupassant en la formación del personaje de Treplev como literato?

No es forzoso hacer una relación entre el escritor francés y Konstantín Gavrílovich, pues es este último quien hace la conexión dentro de la obra: “…huyo igual que huía Maupassant de la Torre Eiffel porque le oprimía los sesos con su cursilería.” (Chejov, 101). Para comenzar el análisis es necesario tomar en cuenta que Antón también guarda cierta relación con Guy de Maupassant, pues ambos pertenecen a la corriente del naturalismo y ambas trataron entre sus obras las temáticas de la hacienda.
Tres autores sobresalen en este campo: Maupassant y Chejov y el español Leopoldo Ala, Clarín. A los tres los unen rasgos comunes, como son el compartir la misma generación histórica, la relativa brevedad de sus vidas (no llegaron a cumplir los cincuenta años), su labor critica y periodística junto con la propiamente creativa, el fondo pesimista de sus escritos, en los que no están ausentes los rasgos de cruel ironía y comicidad (Mansberger Amorós, 5-6).
Pero en honor a nuestra pregunta anteriormente realiza, nos volvemos a enfocar en la figura del literato. Desde el primer acto se nos muestra una estrecha relación entre el escritor y su madre. La figura materna también será de importancia para Maupassant: “Advirtamos enseguida que Guy, aunque tuvo por su madre una verdadera adoración que jamás se debilito, mantuvo siempre excelentes relaciones con su padre.”, (Dumensil, 72). Existen otros puntos en que ambos literatos coinciden, como lo son; vivir en un entorno artístico y la relación con el campo. Ahora nos abocaremos a una marca de gran importancia que he nombrado anteriormente, el suicido de Gavrílovich. El personaje tras un intento fallido, consigue quitarse la vida y Chejov finaliza su obra con este acontecimiento. Maupassant a su vez, no se aleja de lo planteado en el texto. El francés sufrió de sífilis que sumado a demencia, problemas nerviosos y pánico, gatillo sus cuatro intentos de suicidios, todos fallidos. Tenemos entonces la imagen de literatos que a pesar de tener éxito en sus labores como escritores sufren de otras falencias en sus vidas que les impiden su realización como personas.
Nos es correcto afirmar que Treplev es un copia calcada de Guy de Maupassant, pero si existen lugar comunes. Cumplen la estructura del literato como un hombre culto, que sabe y conoce, pero a su vez un hombre atormentado por su propia vida que no consigue alcanzar la felicidad. Podemos notar que Chejov toma cierto espíritu de Guy y lo plasma en Treplev para construir su figura como literato. Y pues será este hombre, el literato,  quien será encargado en darle fin a la obra quitándose la vida, pero no como se haría en el teatro clásico, si no como lo hace el teatro de Antón Chejov, fuera de escena.
Quizás hoy cuando pensamos en escritores no se nos vendrá de inmediato a la mente la figura de una persona como Treplev o Maupassant, pero ciertamente no se nos deberían hacer tan ajenos. Tal vez en la actualidad nuestros escritores no sean como los de antaño pero si tenemos artistas de otros ámbitos que cumplen con la estructura anteriormente planteada. Janis Joplin, Kurt Cobain, Jim Morrison, entre tantos otros. Pues son los músicos de la últimas décadas lo que encajan en estos patrones. Personas de supieron de fama y éxito, pero que sus propios fantasmas impidieron gozar de la felicidad y de la vida. ¿es posible que nuestros músicos se estén convirtiendo en los modernos Guy de Maupassant? Es posible, como es posible también que años más adelante otro estudiante se encuentre escribiendo un trabajo sobre si sus artistas son los nuevos Kurt Cobain. 


Bibliografía


Chejov, Antón. La gaviota, Tío Vania, Las tres hermanas, El jardín de los cerezos. “La gaviota”. Editorial Catedra: Madrid, 2001
Cobain, Kurt. Carta de Suicidio. Seattle, Washington, U.S., 1994

Dumensil, René. Guy de Maupassant. “La herencia normanda de Maupassant”. Editorial Librairie Armand Colin: Paris, 1933.

Mansberger Amarós, Roberto. Bola de sebo, Madeimoselle Fifi y otros cuentos. “Prologo”. Ediciones Akal: Madrid, 2008

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